07 CUARTA FASE DE LA GUERRA DEL CHACO

 CUARTA FASE

 El Teatro de Operaciones.- Veamos a grandes ras­gos la topografía del terreno en el cual actuaron los ejér­citos adversarios durante la última fase de la guerra. (Cro­quis Nº 40).

La defensa de los puntos que se consideraban vitales en esta parte del territorio nacional, fue facilitada por el factor terreno, una vez que al Norte se alzaba las serranías de “Charagua” y al Sur la de "Aguarague". Ambas serra­nías se levantan de la llanura hasta unos 600 y 800 metros de altura en forma casi inaccesible por el Este para luego descender bruscamente hacia el Oeste.

Al Norte se levanta el paso de “Oquitas”, por donde desemboca el Parapetí en el llano; al centro corre el pe­queño riacho de “Cuevo” en una profunda quebrada que va de Este a Oeste, y al Sur está situado el “Angosto de Villa Montes” por el cual sale el Pilcomayo sobre la planicie chaquena.

Estas serranías que dominan los llanos del Chaco cual centinelas avanzados de los Andes, constituyen obs­táculos formidables para el avance de un ejército desde la planicie chaqueña, pues el paso de vehículos sólo es posi­ble por algunas abras especiales debiendo el ejército inva­sor hacerlo a caballo y llevando su impedimenta a lomo de bestia.







Existe un abra entre ambas serranías (“Charagua” y “Aguarague”) con una extensión de más o menos 15 kiló­metros, de los cuales 10 son planos, por donde pasa el ca­mino “Boyuibe” – “Camiri”, única por la cual puede aven­turarse un ejército transportado en vehículos a motor. Bas­ta, por consiguiente, con establecer la defensa en la cima de los desfiladeros que dominan la quebrada para detener o por lo menos dificultar el avance enemigo.
Hasta el 6 de febrero, el enemigo comenzó a tomar nuevamente contacto con las tropas bolivianas en las serra­nías de "Camiri", habiendo librado la primera batalla en las alturas, de “Ñancorainza”, entre el 7 y el 12, con resultados negativos para los atacantes.


Y fue en tales serranías donde el Ejército boliviano, sintiéndose seguro y libre de las sorpresas enemigas, como si estuviese en sus breñas altiplaníticas, donde pudo des­arrollar recién su acometividad guerrera: Ahora podía, des­de aquellas alturas, distinguir y dominar al enemigo prepa­rándole sus sorpresas y emboscadas.

Dislocación estratégica del Ejército Boliviano. - An­te la grave situación militar creada en el Chaco a raíz de los desastres sufridos en “El Carmen” y “Picuiba”, había lle­gado la hora máxima de los sacrificios, tal como lo pedía el nuevo Mandatario de la Nación al anunciar que el País debía cumplir sin vacilaciones el deber que el momento imponía, de tal suerte que, al fin, se dispuso la movilización general de todos los bolivianos hábiles con los cuales pu­do ser organizado el Cuarto Ejército, sobre la base de los anteriores, para defender no ya el Chaco, que estaba perdi­do, sino la zona petrolífera y Santa Cruz.

Mientras tanto, las tropas paraguayas habían reiniciado su ofensiva apoderándose el 4 de enero de 1935 de “Carandaití”, el día 11 de “Capirenda”, el 18 de “Santa Fe” y así sucesivamente de otros puntos obligando al ejército bo­liviano a ejecutar nuevos repliegues, los que concluyeron en definitiva cuando llegó en fecha 28 de enero a la línea “Villa Montes” - Serranías de “Aguarague” - Serranía “Charagua” y Río Parapetí. Para defender la región del sur de “Villa Montes”, o sea la margen derecha del Pilcomayo, desde “'San Antonio” hasta “D'Orbigny”, fue dislocada la IV División de Infantería.

La enorme línea de defensa fue dividida en sectores: Sector Villa Montes, Sector Central y Sector del Parapetí, en los que tomaron sus dispositivos de defensa el I y II Cuerpos de Ejército, respectivamente. (Croquis Nº 40).




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